DIARIO DE UN PERDEDOR: CONCURSOS LITERARIOS

Me he presentado a muy poquitos concursos. Creo que quedé segundo en uno hace más años de los que mis células grises quieren retener. Desde entonces, aunque me lo he planteado alguna vez, he cejado en mi intentado al siguiente segundo.

¿Están los concursos literarios tongados?

En mi humilde opinión, sí.

Puede que no todos. A lo mejor los pequeños no. Pero los grandes o los que tengan una editorial detrás ofreciendo dinero y publicación, sí. Y esto tiene una explicación.

En más de una ocasión he conocido a los organizadores de los concursos o a personas dentro o incluso a parte del jurado. Ellos mismos son los que me aconsejaron no presentarme porque el premio “ya estaba dado”.

No soy de los que se ofenden por estas cosas. Como ya he comentado en ocasiones anteriores, entiendo que este mundillo no es un crisol de artistas que aspiran a mejorar el mundo con sus obras. Somos una panda de trabajadores que queremos hacer negocio con nuestro trabajo y cobrar por ello, al igual que las editoriales.

Esto hace que las editoriales, cuando se plantean crear un concurso, en realidad, lo que tienen en mente es un evento publicitario que les da visibilidad. ¿Por qué pufar los concursos, entonces?

La respuesta ha sido la misma siempre que lo he preguntado a las distintas editoriales: Porque no podemos arriesgarnos a dar como ganador a alguien desconocido y que nadie lo compre.

Así que se llama a un escritor famoso, se le dice que presente su próxima novela con pseudónimo y ¡Oh, sorpresa! Gana. De esa manera se consiguen varios objetivos que benefician tanto a la editorial como al escritor. Por un lado, se demuestra la capacidad de la editorial para elegir buenas obras a “cata ciega”; por otro lado, se demuestra que el autor famoso escribe bien porque destaca por encima de todos los demás incluso cuando “su nombre no es revelado al jurado” y todo ello redunda en una simple campaña de publicidad que asegura que el siguiente libro se vende con la seguridad de un nombre fuerte que ya demostró vender anteriormente.

Básicamente es como echar la quiniela a un Real Madrid vs Logroñés y marcar el 1. Es la opción más lógica si quieres ganar.

Pero el Logroñés ha ganado al Real Madrid alguna vez, me diréis.

Sí, es cierto, pero si lo hace, será más por suerte que por talento.

Y ahí radica toda la moraleja de este texto.

Es una cuestión de suerte. O del boca a boca. O … no lo sé en realidad.

Mirad Harry Potter, cómo fue rechazado decenas de veces por decenas de editoriales. O Canción de Hielo y Fuego, que hasta que la comunidad friki no la alzó al olimpo de las novelas pasaba por la vida sin pena ni gloria.

Bueno, pues si es cuestión de suerte o lotería, entonces ya sabéis el truco. Es cuestión de estadística. Cuantos más números compres, más aumenta la posibilidad de ganar el premio gordo.

En mi caso, la compra de números se traduce en novelas escritas. Sigo escribiendo la siguiente, aunque no triunfe con la primera, o la segunda, o la tercera… A lo mejor, algún día, me toca la lotería. Otra opción sería echar a todas las editoriales. Todas. Y cuando te digan que no. Volver a echarla, porque la persona que las recibe, puede que ni se la leyese cuando la recibió o puede que haya cambiado de trabajo y ahora la reciba alguien a quien sí le gusta.

A mí no me ha funcionado, como bien sabéis, pero tampoco me ha tocado el euromillón y sigo comprándolo de vez en cuando por si acaso cae.

Y, como siempre, el enlace a mis novelas:

AMAZÓN

https://www.amazon.es/Libros-Daniel-Ortiz-Am%C3%A9zaga/s?rh=n%3A599364031%2Cp_27%3ADaniel+Ortiz+Am%C3%A9zaga

Y aquí el enlace a Lektu:

LEKTU
https://lektu.com/a/daniel-ortiz-amezaga/9275

Esta entrada fue publicada en Sin categoría. Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario